viernes, 2 de mayo de 2008

LA LABOR DEL ENTRENADOR EN LA PREVENCIÓN DE LESIONES

¿Qué es lo más importante para que un deportista pueda mejorar y superarse cada día? SIN DUDA, NO LESIONARSE. Consecuentemente, LA PREVENCIÓN DE LESIONES se convierte en la BASE DE LA PREPARACIÓN a partir de la cual se construye el RENDIMIENTO. Una base amplia de cimientos sólidos nos asegura, por tanto, un crecimiento más regular y continuado.
La documentación disponible acerca de la prevención de lesiones en deportes colectivos, y en balonmano en particular, es muy escasa. ¿Acaso no es un tema prioritario? ¿Se tiene en cuenta este apartado en la planificación y programación deportiva? ¿Qué criterios rigen esta programación? Varios son los médicos y fisioterapeutas de diferentes “equipos profesionales” que publican trabajos acerca de su labor en la rehabilitación y reentrenamiento de los deportistas pero ¿y la prevención? ¿es labor del “cuerpo médico” o del “preparador físico”? ¿Es necesario contar con un “equipo medico” para prevenir las lesiones? Y lo más importante: ¿Qué podemos hacer los equipos “no profesionales” que contamos con un equipo técnico y médico muy limitado?
Dada la relevancia máxima de este tema creemos necesario planificar, programar y entrenar para prevenir lesiones, sea cual la categoría del equipo y tengan más o menos personal técnico y médico a su disposición. De hecho considero que la prevención de lesiones se debe realizar durante los entrenamientos y por el cuerpo técnico (entrenador, ayudante, preparador físico,...)
Entrenar para prevenir lesiones exige conocer nuestro deporte profundamente. El balonmano tiene una incidencia lesional muy elevada y hemos de conocer el origen y la causa de las lesiones más frecuentes para así poder entrenar para prevenirlas.
En la práctica del balonmano existen numerosos contactos (empujones, agarrones, golpes,...) que originan lesiones por traumatismo directo, por otro lado sabemos que se realizan numerosas acciones explosivas (giros, aceleraciones, frenadas, caídas de saltos, cambios de dirección, fintas,...) en las que músculos, tendones y ligamentos deben soportar tensiones muy bruscas, estas acciones generan lesiones por traumatismo indirecto. Por último, las acciones explosivas repetidas frecuentemente (saltos, lanzamientos,...) generan las lesiones por repetición.
Estas acciones son específicas del balonmano y cada puesto específico y jugador tiene connotaciones diferentes ¿O acaso un extremo recibe los contactos de la misma manera que un primera línea? ¿Son similares las acciones de un pivote que las de un portero? La respuesta es clara: muchas acciones son específicas según el puesto y las características del jugador. Por ello, en el Club Balonmano Puertollano analizamos las acciones de alta incidencia lesional de cada jugador en su puesto específico y entrenamos para evitarlas (entrenamiento muscular, fortalecimiento de ligamentos y tendones, propiocepción, aprender y perfeccionar las caídas,...)
Además es necesario tener en cuenta las articulaciones y músculos más afectados por las lesiones (la mano: 25%, el tobillo: 25%, la rodilla: 19%,...) para focalizar la atención en ellas.
Por último, es necesario destacar que el 80% de estas lesiones se producen en “competición” (oficial, amistosa o en el entrenamiento) debido, en gran parte, a la fatiga: factor clave que eleva exponencialmente el riesgo de lesión. Por eso, y por más razones que no vienen al caso, es clave una óptima preparación física.
En el Club Balonmano Puertollano dedicamos un 10-25% del tiempo de entrenamiento y varía en función el momento de la temporada, es decir, depende de la temporalización (macrociclo, periodo, microciclo y sesión en que nos encontramos).
Este “entrenamiento preventivo” puede ser colectivo (atendiendo a las necesidades generales del balonmano), grupal (focalizado sobre acciones concretas de un grupo de jugadores como por ejemplo los primeras líneas) e individual (teniendo en cuenta las características individuales de cada jugador: acciones especiales que realiza dicho jugador, articulaciones que le acarrean mayores problemas, lesiones anteriores, grupos musculares que se sobrecargan con frecuencia,...)
Por último, desearía destacar algunos factores que incrementan sustancialmente el riesgo de lesión:
- Progresión inadecuada tras periodos de inactividad
- Intensificación del entrenamiento “prematura”, cuando el organismo aún no está preparado
- Pausas de recuperación insuficientes entre altas cargas físicas ¿son necesarias? Analizar el deporte
- Insuficiente movilidad y flexibilidad
- Mala coordinación (control del cuerpo)
- Deficiente estabilidad y fortalecimiento de ligamentos, tendones y musculatura (referido sobre todo al tronco)
- Mala recuperación física o psiquica
- Falta de forma física
- Demasiadas competiciones y/o entrenamientos
- Prisa por volver tras una lesión.

Pero ¿y si un entrenador no conoce todo esto? Será necesario entonces tener mucho cuidado en la planificación de sus entrenamientos... “Hoy en dia, el entrenador que desconoce los aspectos fisiológicos de su método se convierte en un peligro para el deportista, respecto al rendimiento como a su salud”
Tony Nett (especialista deportivo alemán)

No obstante, planificar y programar teniendo en cuenta la “prevención de lesiones” no es complejo, no exige gran formación, pero si TRABAJO, muchas horas de TRABAJO. En contraprestación nuestros jugadores gozarán de salud, requisito indispensable para progresar.
La otra manera: pasar de la prevención de lesiones y “echarle la culpa a la mala suerte” cuando comiencen a aparecer los problemas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay muy pocos entrenadores que planifican este apartado y, en mi opinión, es una de las claves de que el equipo mantenga el rendimiento.

Me gustaría que pusieras algún ejercicio de ejemplo.

Anónimo dijo...

son todos hihi